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Este hombre, Micaías, tenía un santuario. Mandó hacer un efod e ídolos domésticos, e invistió a uno de sus hijos para que fuera su sacerdote.

En aquellos días no había rey en Israel, y cada uno hacía lo que le parecía recto ante sus propios ojos.

Un levita en el santuario de Micaías

Había un joven de Belén de Judá, de la tribu de Judá, que era levita y vivía allí como forastero.

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